lunes, octubre 31, 2011

Relato 12. Incógnita


Incógnita

El dolor de cabeza se intensifica en mis sienes, como si tuviera dos clavos rasgando mi piel. En el estomago siento un vacio de mil años, como acido destruyéndome por dentro. La habitación da vueltas.

Aparece él en la puerta de la cocina, me mira con odio. Sus manos son antorchas de fuego y consumen poco a poco las paredes, estoy atrapada entre las llamas, me sigue mirando con odio.

-¿tu que haces aquí? – es lo único que se me ocurre decirle, como si lo conociera, solo se que se parece a aquel que nunca pude amar.

El fuego da vueltas con la habitación, su rostro y su mirada también. Intento correr pero mis pies no responde, estoy como atada al suelo, de un segundo a otro, de cara al suelo y el fuego sobre mi; y abajo… ¡tengo que salvarlo!…

No puedo moverme, y cuando por fin logro mover uno de mis dedos, la gravedad es más poderosa y me hace lenta. Con movimientos pesados trato de ponerme en pie y es inútil. En vez de avanzar, todo parece alejarse de mi; hasta el humo.

Ruedo hacia un precipicio, caigo de cabeza y no siento otro dolor mas que los clavos en mis sienes,  y el acido en mi estomago. Silencio, y luego un silbido fuerte que destroza mis odios, siento que el acido explota en mi estomago, las llamas alrededor y èl mirándome desde la puerta, mis pies clavados al suelo, el dolor mas clavado en mis sienes.

Todo se va, y solo queda el dolor de cabeza, el fuego se convirtió en mis compañeros de juerga esparcidos por la habitación, perdidos por la droga.