jueves, diciembre 27, 2012

Adictos a la escritura, Diciembre: Título clave


Dolor

Nicolás no podía dejar de temblar, y casi aullaba de dolor con las dos piernas rotas; pero no, sus ojos desorbitados miraban sin parpadear al monstruo horripilante que tenia frente a él.
Cuando me miro al espejo siento un odio terrible por la imagen que veo, es cierto que el maquillaje resalta mis pómulos, pero ¿Qué importa?, sigo pareciéndome a ella, ¿Por qué no habría de ser así, es mi madre? Comenzó meneando nerviosamente la cabeza, ahora yacía junto a Nicolás Hoy voy a ver a Braulio , él se parece  a mí, se parece a la misma mujer, a mi madre, pero no es mi hermano; solo es uno de los mismos, de los que nacieron hace mucho, cuando empezó todo.
¡Auxilio! Gritó el hombre herido
Somos todos una broma del destino continuó ella en  una media sonrisa que dejaba ver un brillante y filoso canino
¡Por favor! ¡Auxilio! Gimió Nicolás
Jamás permitimos que los humanos nos vean, ni siquiera bebemos la misma agua, somos otro mundo…dijo ignorando con placer los gritos y gemidos supe que Braulio es uno de los míos, porque me lo tope accidentalmente en un callejón oscuro una noche de navidad, ; yo era muy ingenua antes , soñaba con que las cosas cambiarían para nosotros,  que las personas no se asuntarían al vernos, no huirían, en el mejor de los casos; no nos dispararían, lo que casi siempre sucede; y Braulio me miro , estaba dispuesto a matarme , me lo dijo después, pero yo lo mire con la misma intención cuando note el rifle que llevaba bajo el abrigo; estaba harta y era adolescente, no me importaba morir si podía hacerle pagar. Soltó el rifle y se aproximó hacia  mí, él odia las armas tanto como yo,  ya cerca vi sus escamas y descubrí mi rostro para que viera las mías. Después estuvimos juntos por varios años, hasta que nos fastidiamos de vernos todos los días y todas las noches de vigilia, de hambre; sin embargo nunca nos perdemos el rastro , cuando eres un ser como yo, no puedes darte el lujo de despreciar un amor como lo hacen ustedes los humanos.
¡auxilio!el grito resonó en toda la alcantarilla.
¡Cuánto los odio! musitó mientras presionaba con una de sus largas uñas la oreja izquierda de Nicolás lo único que amo de ustedes es su piel, tan suave… sobre todo la de sus pequeños, yo no puedo tener hijos porque soy una especie hibrida y no pura como mi madre, mi padre era humano y jamás lo conocí. Aunque Braulio me lo prohibió, estoy resuelta a encontrarlo, si está vivo para devorarlo,  y si está muerto voy a hacerme una alfombra con sus huesos podridos.

Soltó una carcajada tenebrosa que heló más la piel de Nicolás, quien ya empezaba a perder el conocimiento de la debilidad y el dolor.
 Esto me recuerda que también envidio tus huesos, yo solo poseo un par de nervios trenzados debajo de las escamas que me permiten moverme pesadamente pero no puedo correr, ni sostener nada, no puedo abrazarte y no puedo atraparte más que con mis colmillos, cuatro largos y filosos colmillos…

La monstruo se acercó amenazante al cuello de Nicolás, no lo mordió pero dejo que su cabello, consistente en unos escasos hilos dorados, cayera sobre el rostro del humano.
Soy fea, huelo mal, y ¡para colmo tengo cerebro! Resopló y sacó de su abrigo un bisturí – mi raza solo posee poros que estimulan la vista, el olfato, el oído; no tienen cerebro, ni cerebelo, ni cualquier otra cosa que los humanos tengan en la cabeza. No sé como es, pero puedo hablar…

Nicolás notó por un momento que esa voz tan suave, distaba mucho de los labios medios hundidos en aquel rostro áspero. No era la voz de un monstruo 
Puedo comprender tu idioma, se leer gracias a los libros que me encontré en tu basurero… puedo…fue interrumpida por una arcada del moribundo, y la sangre que él escupió alcanzó a ensuciar sus escamas Por supuesto que he tenido que defenderme, ¿y qué?, ¿hay algo más humano que eso?, Tampoco soy humana… ¿Por qué matarte si me alimento de tu vida? , muerto no me sirves, me alimento de  tu olor y el de tus vecinos, ¿te da asco?, para mi es delicioso.

Nicolás se retorcía con dificultad mientras trataba de arrastrarse hacia la corriente de la alcantarilla, había muy poca luz y ya no sentía las piernas; tomo aire y se impulso varias pulgadas, pero solo logro chocar  contra las escamas de la monstruo.
Hoy voy a matarte, no creas que acostumbro jugar con la comida, para nada volvió a menear la cabeza ahora en un gesto de jovialidad Apresuremos las cosas que hoy voy a ver a Braulio, empiezo yo… ” Ruego a tu Dios que te perdone”, no sé si eres cristiano, aunque sino, arrepentirte en el último momento te servirá, ese Dios dice que hay un mundo mejor para los humanos, un mundo en donde yo no existo, ¿qué si es mejor, qué opinas? Hoy se me antoja aprender anatomía humana. Quiero ver…

Su expresión cambio de pronto y Nicolás se hubiera reído, si hubiera alcanzado a ver aquella desencajada mandíbula.
Quiero ver un corazón.

La palabra se quedó en el aire, por un breve segundo de silencio, y al fin, la voz suave clamó, con un gemido que pareció aún más doloroso que el del desahuciado.
¡Puedo sentir!¡Puedo llorar! Dijo atrapando en el aire una lagrima roja ¡pero me falta!, ¡es que no lo escucho latir! Suspiró manoteando un poco, era un capricho de vida o muerte Me falta un corazón…

Y fue lo último que escuchó Nicolás, con los ojos cerrados sintió un piquete en el pecho y un par de  manos frías robaron la víscera cuando aún seguía latiendo.


 ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------
¡Hola! Este relato es parte del proyecto de Diciembre en Adictos a la escritura, el reto de este mes consistía en hacer un relato basado en el Título clave que otro compañero propuso.

Más relatos titulados, aquí: