Cuando esta noche comiences a dormir
y se suavice tu respirar acompasado
(Sirve para mover astros enteros
cuando por la
noche tienes tus parpados cerrados)
voy a acercarme despacito a la orilla de tu cama
y dejaré caer en ellos
dos pizcas exactas de polvito de estrellas
para ver si puedo entrar
a jugar contigo en el parque de tus sueños
ahí le daremos de comer a los cisnes negros
o le pondremos nombres inventados a los patos
me fijaré con cuidado
para ver si reconoces mi voz:
tengo curiosidad por ver desarrancar una sonrisa
desde la comisura breve de tus labios
necesito esa magia,
a veces para dormir tranquilo
o para convencerme que tiene
sentido despertar a diario.
Por José Compeán en la Revista Nave, sección: Tú ponles música