viernes, julio 11, 2014

La Historia Compartida Parte IX



Apenas pasaba de  mediodía cuando unos hombres se acercaron a nosotros, Gil y Gael cuidaban de la pequeña Tere, ahí los deje mirando estupefactos como los visitantes y yo avanzamos hacia el frente hasta quedar a un metro de distancia.
—Señora, hemos encontrado una carnicería humana en el bosque circundante, debe tener mucho cuidado, creemos que los responsables son algún grupo de psicópatas y nos dirigimos a la ciudad para dar aviso a la policía.
—¡Dios santo! —Gian y Gino estaban ahí afuera, desesperada mire en todas direcciones buscándolos, los hombres se fueron y me dirigí inmediatamente a mis hijos —Gil, Gael, tomen a la niña y vamos a casa, espero que sus hermanos ya estén de vuelta.
—Mamá, lo que dijeron esos hombres es muy grave, tenemos que irnos, no podemos quedarnos aquí esperando a que esos asesinos nos encuentren —La voz de mi hijo temblaba por el miedo.
—Pero primero tenemos que reunirnos con tus hermanos —Corrimos a la casa pero la encontramos vacía, seguro que Gian y Gino regresarían hasta el atardecer como era su costumbre.

No tuvimos tiempo de pensar qué hacer porque escuchamos un fuerte estruendo afuera de la casa, era una bola metálica que se extendía cubriendo por completo la casa con su sombra, de su interior salían unas barras que parecían sostenerla, justo abajo tenía una puertecilla que se abrió lentamente, aparecieron unos hombrecillos asquerosos, sus cuerpos eran de un color entre morado y negro como si estuvieran en estado de descomposición, el olor pestilente a carroña nos hizo dar arcadas.

Uno de los hombrecillos emitió unos sonidos incomprensibles y los otros se acercaron a nosotros, abrace a mi pequeña niña mientras Gil y Gael corrían despavoridos, no tardaron en alcanzarlos y nos subieron a todos a la enorme esfera metálica, adentro había muchos controles y otros cientos de hombrecillos putrefactos, nos confinaron a una jaula. Estaba intentando calmar a mis hijos cuando dos de ellos me sacaron de la jaula jalándome del cabello, me arrojaron a una mesa y otro de los alienígenas inyectó algo en mi estómago.
No sé cuánto tiempo estuvimos ahí porque cuando el líquido que me inyectaron comenzó a hacer efecto, perdí la conciencia de mí misma, mi piel cambió,  de mis ojos brotaba sangre a borbotones, mis uñas fueron sustituidas por garras afiladas, mi boca se pobló de colmillos filosos, no podía moverme, había una voz en mi cabeza que hablaba y movía mi cuerpo como si fuera suyo. Me acercó a mis hijos que estaban llorando horrorizados al ver en lo que me había convertido.

Entonces lo pude sentir, el hambre se extendía por todo mi ser, me sentía más fuerte, avance y rompí la jaula en la que estaban mis hijos, tome el bracito de mi pequeña bebé y estuve a punto de arrancárselo de una mordida pero reaccione y corrí hacia lo que parecía una salida, me tiré de la nave y caí en un paraje cerca del bosque, me eche a correr sin rumbo, era lo único que podía controlar, la voz en mi cabeza quería volver a terminar lo que había empezado: merendar a mis hijos.

Corrí tanto que no me di cuenta  de cuándo anocheció, a lo lejos distinguí una figura igual de amorfa que mi nuevo aspecto, tal parecía que los genes nuevos que me habían inyectado hacían que mis ojos vieran claramente entre la oscuridad,  corrió veloz hacia mí y llevaba un bulto ensangrentado en los brazos.

Seguí corriendo hasta casi chocar de frente con ese ser horripilante, su cabeza de caballo emitió un gruñido, grité asustada al ver que el bulto era mi hijo Gian, corrí para quitárselo pero la criatura volvió a gruñirme y me miró directo a los ojos, no podía creerlo, esa mirada yo la conocía, era la misma mirada a la que yo le había llorado tantas noches desde el día en que lo perdimos.

­La monstruosa criatura que tenía la mirada de mi esposo,  se acercó a mí y me permitió cargar a mi hijo, también me había reconocido. Iba a preguntarle qué había pasado, en qué nos habíamos convertido pero unas lucecitas intermitentes nos alumbraron bajo la noche oscura, la nave volvió a estacionarse frente a mí, pero esta vez mi esposo se interpuso y no sé de qué manera logré decirle lo peor de todo, ellos tenían a nuestros otros hijos, le dije que los salvara, él me miró asintiendo y yo eche a correr con Gian en mis brazos.

Seguí corriendo sin detenerme hacia el rumbo que él me había indicado, llegue a un sitio que tenía un olor aún más pestilente y sangriento, había una manada de perros devorando carroña, seguí avanzando y me detuve en un claro que me pareció algo más seguro, acomode todo para cuidar de mi pequeño Gian y lo acune en mis brazos, tenía hambre pero estaba destinando todas mis fuerzas a controlarme, comencé a cantarle a Gian y pensé en Gino, ¿En dónde podría estar mi pequeño, le habría pasado algo?

Escuché un ruido a mi espalda y me giré inmediatamente, gruñí movida por el instinto asesino que intentaba controlarme de nuevo y entonces lo vi, era Gino,
-¿Madre, eres tú? – Él dejó caer el lanzón que traía para protegerse, pero yo no podía hablarle, lo único que salía de mi garganta eran guturales sonidos, extendí una de mis garras hacia el frente esperando que tomara mi mano. Para mi sorpresa, lo hizo, se acercó más a mí y a Gian -¿Mamá qué te paso?








Mientras golpeaba sin pausa al horrible ser que tenía frente a mí, sus compañeros me rodearon, eran débiles pero también  eran muchos para uno solo, adentro de la nave todo era como un laboratorio. Uno de ellos me  miraba luchar desde una esquina, notaba sus ojos llenos de admiración y casi pude estar seguro de lo que pasaba, necesitaban nuestros cuerpos, necesitaban precisamente lo que su sangre maldita nos hacía, necesitaban la fuerza de tal mutación…




 ---------------------------------------------------------------------------
Hola, querid@s lectores, en esta ocasión traigo para ustedes la novena parte de La Historia Compartida, propuesta en el Forum de Literautas.
Al principio están los enlaces que llevan a las respectivas partes anteriores, solo me queda decir que es una historia muy adictiva, yo empece a leerla y no pude parar, me ha costado un poco llevar el hilo porque es una historia más que digna de un final estupendo,  ya sigue la décima y última parte. 
Quien esté interesad@ en participar, debe dejar un comentario anunciándolo para seguir  con el final de ésta grandiosa historia.