miércoles, diciembre 21, 2016

¿Se escapa o no se escapa? # 2

Encontrar inspiración para escribir una novela

No me puedo detener. Estoy pensando en ella día y noche, en cada momento me hace sentir que soy un total fracaso, que no puedo hacerla vivir, que no puedo describir su nacimiento igual que el indudable hecho de que no puedo volar.

Sin embargo, no puedo detenerme, no puedo dejar de pensar. En mi vieja computadora tengo muchos archivos con momentos geniales, con palabras y diálogos que me dan la pauta de su nacimiento, de su vida, de lo mucho que sueña con vivir, del centro de su pasión.

Ella es vida, pero no puedo darle el impulso. No sé cómo sacarla de las entrañas de su madre, no sé qué hacer para que grite y se asome al mundo de una vez y para siempre, y se quede.

Quiero que se quede conmigo, quiero que acabe la ansiedad, la enfermedad de tener tanto que decir y tener las palabras atoradas en la punta de mis dedos. Entre el ya muy usado ser o desaparecer, o morir o ansiar, o gritar, o nada. Somos nada, ella y yo, así en la pausa por vivir, en este anhelo, en esta soledad y tristeza, somos nada. Porque no me puedo detener, porque no se quedarme aquí, al final de la palabra, entre la siguiente y la siguiente…


Interminable lista de posibilidades y sueños, por favor vive. Por favor haz que me detenga.