Idilio en la oscuridad total
Un hombre construyó una casa para casarse; cuando él murió sus hijos dividieron la casa en dos, una parte para cada uno, los hijos de sus hijos crecieron y vendieron la casa a dos familias distintas, pero la fachada era tan perfecta, tan vistosa que nadie en 25 años pudo sospechar que se trataba de una sola casa con dos porches.
A Edna la encerró su esposo en un ático porque no la quería; Lázaro perdió la vista cuando iba a cumplir su destino y decidió encerrarse en un ático. Después ella y él estaban espalda con espalda en una misma habitación y lloraron, rieron y amaron juntos, igual que dos niños, hijos de un hombre que construyó una casa para casarse.
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