Y no, no.
Tampoco quiero quedarme contigo,
porque contigo me darían ganas de tirarme a tus pies,
hacerme bolita y quedarme inmóvil,
y no comer ni tener que ir al baño,
y quedarme por siempre así,
y convertirme en porcelana china
para que me recojas y me guardes
en la repisa de la sala,
y verte desde ahí cuando ves la telenovelas,
cuando cocinas apurada,
cuando sonríes para ti misma.
II
Es que no se va,
se queda,
se aparece en los sueños,
en los recuerdos,
en la desesperanza,
de lo nunca le dijiste,
de la culpa porque no lo sacudiste
y no le dijiste: "te quiero",
¡Ay! No se va aunque lo entierren y le hagan una misa.
Se queda.
Esta ahí, más que nunca antes estuvo.
III
La vida es lo más serio,
y no importa ni el dinero,
ni si el camión va despacio,
o si los zapatos están sucios,
vale quien se queda en la puerta despidiéndose de ti con un beso en el aire,
quien va por ti a la parada del autobús,
quien te cede la última galleta,
quien te sonríe aunque no te enteres,
y quien piensa en ti todo el día,
porque eso es la vida, el amor es una cosa seria.
IV
Una persona despierta un día y siente que quiere bajar una estrella.
Sí, una de esas que se ven de noche, las del espacio, una de esas estrellas.
Y la persona quiere bajar una estrella, porque quizá le parece preciosa,
o quiere que alumbre el vecindario, esa persona desea quedarse abrazada
a la estrella los días enteros, quiere sacarle fotos y acomodarlas en un álbum,
quiere bajar una estrella,
Empieza a desayunar y sigue pensando en la estrella, se va al trabajo y piensa
en la estrella todo el día, quiere bajar una estrella. Y pasan los días y aún tiene
esa idea dando vueltas en su cabeza; pero un buen día... descubre que es
imposible, que todos, a los que les ha contado su sueño, dicen que es una
locura, que no se puede, y la persona dice que sí, porque lo quiere hacer,
porque lo sueña y sin embargo como todos están en contra, termina aceptando
que el resto del mundo tiene la razón. No puede bajar una estrella, y la persona
morirá por esa razón.
Tampoco quiero quedarme contigo,
porque contigo me darían ganas de tirarme a tus pies,
hacerme bolita y quedarme inmóvil,
y no comer ni tener que ir al baño,
y quedarme por siempre así,
y convertirme en porcelana china
para que me recojas y me guardes
en la repisa de la sala,
y verte desde ahí cuando ves la telenovelas,
cuando cocinas apurada,
cuando sonríes para ti misma.
II
Es que no se va,
se queda,
se aparece en los sueños,
en los recuerdos,
en la desesperanza,
de lo nunca le dijiste,
de la culpa porque no lo sacudiste
y no le dijiste: "te quiero",
¡Ay! No se va aunque lo entierren y le hagan una misa.
Se queda.
Esta ahí, más que nunca antes estuvo.
III
La vida es lo más serio,
y no importa ni el dinero,
ni si el camión va despacio,
o si los zapatos están sucios,
vale quien se queda en la puerta despidiéndose de ti con un beso en el aire,
quien va por ti a la parada del autobús,
quien te cede la última galleta,
quien te sonríe aunque no te enteres,
y quien piensa en ti todo el día,
porque eso es la vida, el amor es una cosa seria.
IV
Una persona despierta un día y siente que quiere bajar una estrella.
Sí, una de esas que se ven de noche, las del espacio, una de esas estrellas.
Y la persona quiere bajar una estrella, porque quizá le parece preciosa,
o quiere que alumbre el vecindario, esa persona desea quedarse abrazada
a la estrella los días enteros, quiere sacarle fotos y acomodarlas en un álbum,
quiere bajar una estrella,
Empieza a desayunar y sigue pensando en la estrella, se va al trabajo y piensa
en la estrella todo el día, quiere bajar una estrella. Y pasan los días y aún tiene
esa idea dando vueltas en su cabeza; pero un buen día... descubre que es
imposible, que todos, a los que les ha contado su sueño, dicen que es una
locura, que no se puede, y la persona dice que sí, porque lo quiere hacer,
porque lo sueña y sin embargo como todos están en contra, termina aceptando
que el resto del mundo tiene la razón. No puede bajar una estrella, y la persona
morirá por esa razón.
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