jueves, junio 13, 2013

Las escritoras también tienen abuelita...

Y de niñas, jugaron a abrir el ropero con una llave imaginaria, 
y se durmieron en un  regazo seguro,
y les contaron cuentos,
y las enseñaron a rezar.

Las escritoras también tienen abuelita,
una que las consentía mucho, mucho,
y ella, mi abuelita, soportó tantas veces
mis largas entrevistas, todo en bien de la literatura.

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