Ese sapo verde
Se esconde y se pierde;
Así no lo besa
Ninguna princesa.
Porque con un beso
Él se hará príncipe
o príncipe guapo;
¡y quiere ser sapo!
No quiere reinado,
Ni trono dorado,
Ni enorme castillo,
Ni manto amarillo.
Tampoco lacayos
ni tres mil vasallos.
Quiere ver la luna
desde la laguna.
Una madrugada
lo encantó alguna hada;
y así se ha quedado:
sapo y encantado.
Disfruta de todo:
Se mete en el lodo
Saltándose, solo,
Todo el protocolo.
Y le importa un comino
si no está bonito
Cazar un insecto;
¡que nadie es perfecto!
¿Su regio dosel?
No se acuerda de él.
¿Su sábana roja?
Prefiere una hoja.
¿Su yelmo y su escudo?
Le gusta ir desnudo.
¿La princesa Eliana?
Él ama a una rana. A una rana verde
que salta y se pierde
y mira la luna
desde la laguna.
Me ha encantado!
ResponderEliminarSaludos.
¡Hola Taty! Sí, está muy lindo este poema, yo lo vi y dije, lo tengo que llevar al blog :) ¡Saludos!
EliminarCreo que con esto aprendemos que a veces para lo que nos dicen que estamos "destinados" no es lo que queremos, y como este sapo, debemos luchar por conseguir nuestra felicidad; aunque ello no conlleve estar en la cima.
ResponderEliminarUn sapo muy humilde, sí señor. :3 ¡Un beso, María!
¡Hola! Cuanta sabiduría tienen tus palabras, la verdad es que no lo había pensado así, y lo que dices es muy cierto, hay que apostarlo todo por la felicidad :) y que el mundo gire! ¡Un beso!
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