viernes, diciembre 12, 2014

La carta de Federico que termina en unos puntos suspensivos dolorosos

Esa carta que te escribí aquella vez, intentaba ser una carta de amor, no sé si lo logré, porque no sé que debe llevar una carta de amor. Ahí te decía “Te quiero”, porque te quiero, eso no cambia.

He pensado que es verdad lo que dijeron, que la decepción, lo que realmente me duele, eres tú. Me dueles tú. Me duele pensar que no te voy a tener en mi vida siendo que solo te quiero a ti.

No sé qué hago en este lugar, todo tiene tan poco sentido sin ti, todo se me antoja tan artificial, pero no es cierto, son cosas normales, las mismas cosas de siempre, algunas hasta buenas  y sin embargo, como yo no tengo a quien es mi amor, todo lo demás adquiere el título de insignificante.

De pronto pienso que debería existir algún artefacto brujo para desenamorarse, algo que borrara la memoria del corazón inmediatamente, pero luego pienso que perdería también los buenos recuerdos y no quiero perderlos. No quiero perderte a ti.

Hay tanto dolor ahora y ni siquiera tengo derecho a sentirlo. Me equivoque, y duele tanto pensar en perderte, duele…


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