"A ustedes, esposos, que han caído en la rutina del "¡Buenos días!", "¿Cómo te fue?", "¡Buenas noches!"... y se han olvidado de decirse "¡Te quiero!" en las mil y una formas en que puede decirse en la vida de todos los días.
A ustedes, papás y mamás, que en la educación cristiana de sus hijos se han cansado de ir contra la corriente y han aterrizado en un "¡Hagan lo que quieran!".
A ustedes, jefes de familia, que en la lucha diaria por conseguir el sustento, y todo lo demás, han caído en prácticas poco honrada y más "productivas".
A ustedes, matrimonios, que han caído en los métodos no naturales de planeación familiar.
A ustedes, muchachos y muchachas, que están cayendo en la trampa del alcohol y de las drogas, del sexo disfrazado de amor, de la irresponsabilidad disfrazada de libertad, de la irreligiosidad disfrazada de ciencia.
A ustedes, privilegiados, que tienen trabajo y disfrutan de una posición más holgada, y han caído en la insolidaridad egoísta.
A ustedes, a los que las penas y las enfermedades han arrojado al desaliento y a la desesperanza...
CRISTO LES DICE A TODOS: ¡LEVÁNTENSE!
Y ésta no es sólo una frase bonita.
En la comunión, Cristo, que es el que nos invita hoy a levantarnos, nos ofrece la fuerza que necesitamos para ello, porque nos da a comer su cuerpo, que venció a la muerte en la resurrección, y con este alimento suyo podemos levantarnos de todas estas situaciones de muerte."
Reflexión en el Semanario dominical "El día del Señor", 5 de junio de 2016, Buena Prensa, Jesuitas de México.
No hay comentarios:
Publicar un comentario