Hoy siento una profunda alegría, aunque estamos pasando por momentos difíciles sufriendo los estragos de la pandemia, y aunque mi corazón se une al dolor por tantas personas fallecidas en el mundo y tantos que sufren ahora; a pesar de todo lo malo, hoy el mundo se despertó con la certeza de que Cristo venció a la muerte, nuestro Dios vive, y a lo largo del planeta, su misericordia y amor infinito está siempre con nosotros, "todos los días hasta el fin del mundo".
Son momentos de reflexión, de tener esperanza y de amar y amar más, hasta que el mundo se recupere de la desolación de esta enfermedad, porque nunca estamos solos.
M.O.
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