La muñeca de Guille
Con rotunda alegría, Guille jugaba a preparar té en el porche de su casa; su madre la miraba desde la cocina mientras preparaba la cena.
Cuando el padre de Guille termino de cenar, la madre la llamo para que fuera a dormir; renegada y absorta en el juego, la pequeña continua sirviendo té y panecillos a su muñeca en la vajilla de plástico rosita que tenia acomodada en todo el porche.
Volvió a llamarla su madre, Guille volvió a ignorarla, ya le había dicho que no debía jugar con su muñeca en la noche argumentando que se convertía en bruja cuando daban las doce. Guille no le creía del todo y cuando vio que su madre se dirigía a ella, empezó con rapidez a empujar los panecillos de lodo en la boca dibujada en la muñeca de tela.
-Anda - ordeno - ¡come rápido! ¡Ya viene! – se distrajo un poco la pequeña niña, y volteando hacia su madre, escucho una vocecita chillona:
- No tengo dientes- y al volverse, se encontró con su muñeca de tela sonriendo con la boca abierta, y que en efecto, estaba chimuela.
hay que miedo....
ResponderEliminardarte vuelta y ver a una muñeca con vida...
hay me muero del miedo... enserio...
soy muy miedosa......
pero me gusto la historia
besoss