La niña fantasma de Gabriel Mancera
Eran las dos de la madrugada, caminaba rápidamente por las calles de la ciudad, llevaba en el pecho la desesperanza, mi madre estaba enferma, quejándose en casa, en agonía. Yo iba a la farmacia a traer sus medicinas. Me detuve en la banqueta, la luz verde retrasaba mi marcha, el recuerdo de mi madre moribunda, recomendándome tener cuidado al cruzar la calle estaba bien presente en mi.
El semáforo cambio a rojo, estaba en el cruce de Gabriel Mancera, me dispuse a atravesar la avenida, cuando un golpe en mi espalda me tiro al suelo, desde donde vi huir a un automóvil a gran velocidad.
Las autos siguieron corriendo a mi lado, y me quede sola, muy herida, muriendo en el asfalto; no podía dejar de pensar en mi madre, grite por ayuda, pero nadie me escucho. Nadie le llevaría sus medicinas, ¿Qué seria entonces de ella?
Regreso hoy, y lo seguiré haciendo siempre, al cruce de Gabriel Mancera, veo un auto a alta velocidad, atravieso la calle y al verme, el conductor frena en seco, el vehículo se voltea y queda de cabeza con sus pasajeros muy heridos; al pasar junto a ellos, uno jala mi vestidito blanco, parece sorprenderse al ver mi rostro con moretones, y el hilo de sangre que baja de mi cabeza hasta mis pies, me pide ayuda, pero yo no lo escucho; y nadie lo escuchara.
!ÕMGGGGGGGGG~!!
ResponderEliminarMuy buen relatoooooo Mary >)